lunes, abril 04, 2005

Imagenes


La lujuria de sus pensamientos, esos que no contaba era lo que me atraía de su ser. Esos ojos impávidos que te escrutan sin querer ser notados, sentidos... La respiración en la nuca, no hay nada más erótico que su respiración en mi nuca o que sus susurros acariciándome el oído.

No sabría como describir la pasión con la que ese demonio, por llamarlo de alguna manera, ponía sus ojos sobre mi piel.

Palpitaba su mirada en cada bocanada de luz. La luz violácea del sol después de oculto tras las montañas del horizonte. Se ha acostado y la luna esta noche madrugó...

Pero los sueños ocultos mueren como todo, en el pensamiento de los demás... Sabiendo que nada es infinito, que el alma perece en aquellos seres que aún la tienen, que la conservan para bien o para mal.

Mis pensamientos se torman grises y no quiero seguir pensando por miedo a dar con la verdad.

¿Hasta qué grado de distorsión un individuo sigue siendo él mismo?
¿Hasta qué grado de distorsión un ser amado sigue siendo un ser amado?
¿Durante cuánto tiempo un rostro querido que se aleja en una enfermedad, en una locura, en un odio, en la muerte, sigue siendo aún reconocible?
¿Dónde está la frontera tras la cual un YO deja de ser YO?