Mujeres Radicales

Una de las cosas que más destaca de las mujeres es que no olvidamos. Bien sea por rencor, felicidad, decepción y cualquier otra cosa que se les ocurra y venga en el mismo paquete. Como consecuencia de ello el ser radicales es algo inevitable: “No puedo olvidar que me engañó”.

Hace un par de noches estaba chismeando con 4 amigas y llegamos a tres conclusiones que son muy ciertas para todas, los motivos que nos hacen ser tan tan tan tan radicales:

Me engañó

Ok a nadie le gusta hacer el papel de pendeja. Hay dos cosas que más duelen del engaño, la primera es el hecho de haberse portado bien. Que arrechera tan grande da saberse engañada y que una haya estado derechita todo el tiempo, con esa persona nada más, la fidelidad que nace, o si creo en la fidelidad porque la confianza bla bla bla, creer en lo que el tipo te dice... y de ahí viene la segunda, que por todo lo anterior “me hayan visto la cara de pendeja”. Esta última es la que más rabia da, porque no deja de rondar en la cabeza del timbo al tambo, es algo irascible que no se puede controlar. ¿No se han dado cuenta de como se pone una mujer cuando cuenta que la han engañado? No es que el hombre no sufra de esto, pero jamás he visto a uno que hable de una manera tan ... “que venga del fondo del alma cargado de rabia”.

Era mío

Uy.... he visto muchísimas amistades quebrantarse por esto. A una le gusta un chamo, se ilusiona, ve corazoncitos, ya casi ya casi y de repente ... el tipo se interesa en tu mega amiga... ahí salta la frase cuando te machucas el dedo chiquito del pie “CDLM”. No se trata e enamoramiento, el hombre de mi vida, el único... bla bla bla, no. Se trata de una “ley” universal, imaginaria y a la vez implícita que establece algo así ”El chamo que le guste a mi amiga está PROHIBIDO”. Romper con esta regla significa traición de la peor, cochina, baja, qué bolas no eres mi amiga, eres una arpía quita levantes bla bla bla. Suena dramático, porque vamos a estar claros en que uno no decide quien te va a gustar y quien no. Pero es que inclusive sucede lo mismo aunque uno haya terminado con el tipo y él se vaya con la amiga.. Nada... no hay perdón que valga, sencillamente es algo que queda en la mente y NO se olvida.

Acumulativas

Esos detallitos que se van acumulando, las molestias reiteradas por parte de alguien que una se queda callada esperando a que no sucedan de nuevo, pero vuelve a pasar y una como que se hace la pendeja pero igualito va almacenado al archivo de “vainas que me hiciste”. Aquí nosotras tenemos la mayor parte de la culpa por no decir nada, eso trae como consecuencia que la otra persona siga haciendo lo mismo, el archivo se llena, una explota y ahí es cuando salta la frase “ni que yo fuese adivino”. Es cierto que no toooooooodo se debe reclamar porque que fastidio la regañadera, pero... quedarse callada es peor y ahí saltan los peos de hace 4 meses de los que seguramente el chamo ni se acordará. Por otra parte está la tonta idea que tenemos de pensar por los demás, es decir: yo pienso por ti y por mi, por ende tú sabes lo que tengo en la cabeza, no es necesario que te lo diga y así funcionamos de maravillas ¿Ven que no es tan difícil entendernos?

Extenderme más en todo lo que dije sería un poco redundante, obviamente hay muchas más cosas que nos hacen dar un giro de 180 grados, pero... estas tres son impelables.

Finalmente... ¿Soy radical? muchísimo, así como llegaste a mi vida te vas, no olvido, no guardo rencor porque no conozco el sentimiento pero si me haces algo la indiferencia que recibirás de mi parte será lo más decente que pueda ofrecer. No existe NINGUNA excusa válida para el engaño.