viernes, septiembre 13, 2013

Dejé de escribir...





No sé… un día desperté y se me acabaron las historias, mejor dicho, se me acabaron las palabras con las que solía expresarme. ¿Por qué? Bueno, supongo que es una etapa más por la que hay que pasar. Así como tuve mis momentos de máxima expresión, llegó el momento del silencio. ¿Ha terminado? Espero que si. A esta hora estoy aquí sentada pensando que esto no se me da mal (sí, hay que echarse flores) y que cada día consigo algo que contar.


Desnuda...



Cuando estamos en la etapa adolescente, se nos hace mucho hincapié sobre la importancia del amor propio, aquello de verse al espejo y decirte “qué bien te ves, que bien lo haces, que linda estas…” ¿Pero en qué momento se nos enseña a desnudar el alma? No creo que sea algo que se aprenda, creo que forma parte de nuestra personalidad el sentirnos cómodos cuando nos damos a conocer. Sin que me quede nada por dentro (y con la ropa bien puesta) a veces me he desnudado en mis textos, pero ahora no puedo. ¿Por qué? Porque me da pena, no con quien me lee, sino conmigo misma.

Es algo contradictorio lo que acabo de decir, lo sé… pero es necesario que dé el paso. Es algo así como cerrar los ojos para que nadie me vea (bendito juego de niños). Un buen amigo me dio un consejo, y aquí lo estoy aplicando. No es drama, son ganas de desnudarme porque necesito convertirme en lo que soy y dejar de ser lo que era.

2 comentarios:

Manuel Fasson dijo...

Hammerfall:

PESCA RECARGADA XD

Danielys dijo...

Ou yeahhh!!!!