sábado, agosto 23, 2014

A Dios nadie lo jode.



Tengo un par de cosas que comentar antes de empezar mi relato. De entrada que rico se siente volver a escribir. Si, sé que ya lo he dicho antes, pero es que no me canso de repetirlo. Lo siguiente es que el título aunque pueda ser chocante para muchos, es sencillamente genial y todo gracias a @marijoescribe. Finalmente espero que disfruten de la historia.

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Esta mañana desperté a la hora acostumbrada y me di cuenta de que estaba lloviendo. Mi primer impulso fue “quédate un rato más en cama” y así lo hice. Busqué mi móvil y empecé a leer lo que había pasado en el mundo mientras dormía. Hablando con mi manito @joad vi que el clima había mejorado, así que era hora de ir a ejercitarse.

Hago la misma ruta todos los días; hoy iba muy decidida a aumentar la distancia de mi recorrido. No había nada diferente en las calles, sólo la tranquilidad de un sábado a las siete de la mañana. Pensando en la inmortalidad “pescadística”, veo mi reflejo en alguna vidriera y pienso “coño que bella estás”, canturreo alguna canción y “cuando regrese a casa la pondré hasta quitármela de la cabeza”, veo los coches pasar y pienso “algún día me decidiré a conducir”, pasa alguien con un perro y vienen dos nombres a mi mente “Kuma, Oso”, pasa un chico bastante atractivo y mis ojos se desvían hacia él con todo el descaro del mundo (los ojos están hechos para mirar).

En el mejor momento de mis pensamientos veo que a muy pocos metros hay dos chicos evangélicos. Todos los sabemos reconocer, sabemos de que nos van a hablar y aunque muchos deciden irse por otro camino para evitar la “cháchara” religiosa yo seguí mi trayecto. Uno de los chicos era rubio y alto, bastante alto. El otro mucho más joven, yo creo que no tenía ni 20 años, aparte de que era más chiquito que yo. “Listo se me va a acercar, lo sé” y ¡¡¡Zas!!! Ahí viene:
  •           Hola, buen día, permítame entregarle este folleto que habla sobre el sufrimiento que llevamos en nuestras vidas y la energía que desperdiciamos en ello…

Mi expresión fue de “¿Ah?” y pensé “No vale yo paso de escucharte”. Así que decidí hablarle en otro idioma para quitármelo de encima y esto fue lo que pasó:
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  •      ¡Oh! I’m sorry, but I don’t speak Spanish (listo con esto ya no me va a echar ningún cuento de espiritualidad)
  •       ¡Oh! Don’t worry, I speak English very well…

Por estar con la tontería me salió el tiro por la culata y mientras seguía caminando el chico me hablaba en inglés de lo que menos quería escuchar
  •           Ok thank you so much.


Apuré el paso y lo dejé atrás. Hice mi recorrido pensando en que tenía que escribir esto y reírme de mi misma por estar con la tontería.


He aprendido la lección, estudiaré la misma frase en otro idioma; pero como sé que el karma existe, estoy segurísima de que Dios me va a mandar a un evangélico que hable el idioma que se me ocurra en ese instante.

1 comentario:

Manuel Fasson dijo...

WHAAAAAAAAAAAAAAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA PESQUI....SIGUE XD