miércoles, octubre 25, 2006
Eclipse Solar
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No hay que subestimar el conocimiento de los demás... por pueblerinos que parezcan.
Shay, gracias por darle nombre a la víctima.
Danielys H
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Cuando Salomoón Almundarant se sintió perdido aceptó que ya nada podría salvarlo. La selva poderosa de Guatemala lo había apresado, implacable y definitiva. Ante su ignorancia topográfica se sentó con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso morir allí, sin ninguna esperanza, aislado, con el pensamiento fijo en la España distante, en el convento de Los Abrojos, donde Carlos V condescendiera una vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba en el celo de su labor redentora.
Al despertar se encontró rodeado por un grupo de indígenas de rostro impasible, que se disponían a sacrificarlo ante un altar, un altar que a Salomoón le pareció como el lecho en que descansaría, al fin, de sus temores, de su destino, de sí mismo.
Tres años en el país le habían conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intentó algo. Dijo algunas palabras que fueron comprendidas.
Entonces floreció en él una idea que tuvo por digna de su talento y de su cultura universal y de su arduo conocimiento de Aristóteles. Recordó que para ese día se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso, en lo más íntimo, valerse de aquel conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida.
-Si me matáis -les dijo -, puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura.
Los indígenas lo miraron fijamente y Almundarant sorprendió la incredulidad en sus ojos. Vio que se produjo un pequeño consejo, y esperó confiado, no sin cierto
desdén.
Dos horas después el corazón de Salomoón Almundarant chorreaba su sangre vehemente sobre una piedra de los sacrificios (brillante bajo la luz opaca de un sol eclipsado), mientras uno de los indígenas recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una por una, las infinitas fechas en que se producirían eclipses solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad maya habían previsto y anotado en sus códices sin la valiosa ayuda de Aristóteles.
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1 comentario:
cuando vi la pelicula Apocalyso de Mel Gibson me dio un ataque de risa al ver que pintaban a los mayas como unos ignorantes, en ese tiempo ellos sabían más de astronomia que en el europa, este post me lo recordo. Te sigo leyendo, no opinaba porque como me eliminaste de entre tus contactos pense que ya no me querias ver más por aqui, si es asi me disculpo por haber opinado.
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